"No tengo miedo", declaró el científico a Izvestia.
Según Karnaújov, su tecnología de trasplante de médula ósea está autorizada y certificada en todo el mundo y es usada para curar severas enfermedades oncológicas. Pero ahora, los científicos emplearán esta misma tecnología para 'curar' el envejecimiento.
En este caso, el trasplante no será entre dos personas, sino que se lo hará el paciente a sí mismo: esto posibilitará que el factor singénico —la simetría genética entre el donante y receptor— sea mayor, lo que permitirá mejores resultados (como fue comprobado en los experimentos con roedores).