Un experimento bastante extraño se ha llevado a cabo recientemente en la ciudad rusa de Serov, cerca de las montañas Urales. Los metalúrgicos y un cocinero compitieron entre sí para definir cual "plato" se prepara más rápido, sopa o acero. De hecho, resultó que la receta es casi igual.
Gracias a las tecnologías modernas el tiempo que los metalúrgicos necesitan para obtener el acero se redujo a unos 47 minutos, que es casi el mismo que se tarda en preparar una sopa.
El chef no se detuvo e hizo una sopa molecular, o sea, la convirtió en una sustancia sólida, de forma de los fideos resultaron ser muy sabrosos.