Putin, quien no había podido asistir al funeral de Karímov el 3 de septiembre, hizo una escala en Samarcanda en el viaje de vuelta de la ciudad china de Hangzhou, sede de la reciente cumbre del G20, a Moscú, donde le espera este martes una reunión con el rey de Bahréin.
El propio Putin había dicho que pasaría por Samarcanda "sin falta, para rendir un homenaje".
El líder ruso se reunió con el primer ministro uzbeko, Shavkat Mirziyóyev, a quien aseguró que Uzbekistán "puede contar con nosotros plenamente como el amigo más fiable".
"Por supuesto, tenemos puestas muchas esperanzas en que continúe lo que cimentó el presidente Islam Karímov", dijo al reunirse con el funcionario uzbeko.
El líder ruso reiteró que Karímov sentó "una base muy sólida" para las relaciones bilaterales dándoles una importancia estratégica.
A su vez, Mirziyóyev destacó que Rusia seguirá siendo un socio estratégico de Uzbekistán.
El primer ministro indicó que "durante años se construyó una sólida estructura de relaciones entre Uzbekistán y Rusia".
"La vamos a desarrollar", aseguró Mirziyóyev.
Además el primer ministro uzbeko agradeció a Putin su visita a Samarcanda para honrar la memoria de Karímov.
"Su visita es muy importante, estamos muy agradecidos por ello", dijo.
Para Putin, era un estadista de gran prestigio y auténtico líder nacional cuyo nombre está relacionado con hitos importantes en la historia de Uzbekistán.
Karímov, fallecido el 2 de septiembre a los 78 años de edad, fue enterrado al día siguiente en su ciudad natal de Samarcanda.
Rusia estuvo representada en la ceremonia funeraria por el primer ministro Dmitri Medvédev.