"Se trata de una crisis innecesaria ideada por el ministro de Transporte con el objetivo de socavar las relaciones del primer ministro con el sector ultrareligioso del país y dañar su imagen entre la población", reza un comunicado emitido por Benjamín Netanyahu.
De acuerdo con la agencia RIA Nóvosti, el colapso afectó a más de 150.000 personas del país hebreo, entre ellos a los soldados que suelen utilizar el tren como medio de transporte para llegar al trabajo o al lugar de servicio.
Opinion: Don't blame Bibi for Israel's paralyzed trains, it was the Haredi social media https://t.co/VJvEOUgWy3 pic.twitter.com/II1IGFGnpq
— Haaretz.com (@haaretzcom) 4 сентября 2016 г.
"Inicialmente, no había necesidad de realizar obras durante los sábados ya que se podía hacer durante otros días sin causar molestias a los pasajeros, los soldados y la sociedad religiosa", afirma Netanyahu en el comunicado.
"Cuando el jefe de Gobierno hace un desprecio de la libertad de movimiento de los ciudadanos de nuestro país y convierte a Israel en un Estado barbárico de Halajá [recopilación de las principales leyes judías], guiado por los caprichos de los representantes de la comunidad ortodoxa, tenemos que unirnos en las calles (…) para manifestar nuestro apoyo a la ilustración, la separación de la región del Estado y la sensatez", escribió una política opositora en su cuenta de Facebook.