Cada año, Nejapa se convierte en el escenario espectacular de una batalla con bolas de fuego en conmemoración del protector del municipio, San Jerónimo.
Durante la fiesta, los participantes forman dos grupos, mojan sus ropas para evitar posibles quemaduras y lanzan sus municiones ardientes contra el 'enemigo'.
Las raíces de la celebración se remontan al principio de los tiempos, cuando comenzó la eterna batalla entre el bien y el mal. Según la leyenda, San Jerónimo cazaba las bolas de fuego que el propio diablo lanzaba contra la ciudad y las volvía en su contra.
Existe también otra explicación: en 1922, Nejapa experimentó una intensa erupción volcánica, que causó que la lava ardiente invadiese las calles del pueblo.