"Termina la estabilidad que se observaba en el nivel de aprobación a la labor del Presidente desde noviembre de 2014 y ahora disminuye nueve puntos", indica el análisis de los encuestadores Ulises Beltrán y Gonzalo Carreño, responsables de la firma.
La explicación está en "el mayor escepticismo en torno a sus reformas, los escándalos de corrupción y la persistente percepción de inseguridad y mala situación económica", dice el estudio demoscópico presentado por los expertos.
Mientras que al inicio de su mandato en diciembre de 2012 el presidente lograba 61% de popularidad, esta se ha derrumbado a solo 27% de la población que "está de acuerdo con su manera de gobernar, el punto más bajo en el actual sexenio" que culmina en 2018.
La desaprobación que comenzó en 35 por ciento en la misma encuesta en 2012, ahora, el rechazo subió a 69 por ciento que "está en desacuerdo", dice la encuesta levantada días que el jefe del poder Ejecutivo cumpla su cuarto año de Gobierno.
Las ambiciosas reformas demoradas por años, promovidas por el presidente y aprobadas por el Congreso, gracias al apoyo de la oposición de derechas e izquierdas al llamado Pacto por México, "paulatinamente han dejado de ser un factor que impulse la aprobación a la gestión presidencial".
Reformas desprestigiadas
Las opiniones favorables solo se sostienen en el reconocimiento a la construcción de carreteras, en los programas sociales, y "en la buena opinión que todavía un sector minoritario tiene sobre las reformas", dice la encuesta realizada en hogares a nivel nacional.
No obstante, la incredulidad en las reformas, encabezadas por la apertura energética y educativa crece y "ahora la mitad cree que es muy o algo falso que las reformas estén moviendo al país hacia el progreso, que estén disminuyendo el poder de las empresas más poderosas y que gracias a ellas se estén creando condiciones para que México crezca".
Cada reforma en particular observa una disminución generalizada en la aprobación: la reforma educativa todavía es considerada como la más importante y benéfica, "pero mientras que antes era ampliamente apoyada, ahora divide opiniones".
Ahora está más extendido el desacuerdo con las reformas energética, de telecomunicaciones y fiscal: "Desde abril de 2014, la mitad considera que se está logrando aplicarlas sólo en parte y únicamente algo más de la décima parte cree que se están aplicando con éxito".
Los principales cuestionamientos indican que "es ampliamente desaprobada la gestión en creación de empleos, combate a la corrupción, economía, inflación y los casos de los normalistas desaparecidos de la escuela de Ayotzinapa y por la llamada Casa Blanca del presidente y su esposa", dicen los resultados.
Casi la mitad califica negativamente el trabajo de Peña Nieto como Presidente (mal o muy mal, 45%), un aumento de 12 puntos respecto a abril del año pasado de la gente que ve promesas incumplidas, puntualiza la presentación del sondeo.
