Debido a que es más fácil limpiar y cocinar este pez con escama suave, las carpas de espejo —el nombre que recibió el nuevo tipo de pescado teleósteo fisóstomo debido a su apariencia— gozaban de mucha popularidad en los mercados medievales.
En 1912, se inició la cría de carpas de espejo en la isla de Madagascar, donde los peces habitaron tanto en fuentes artificiales como naturales.
Para finales de los años 50, los residentes de la isla empezaron a percibir que las carpas iban adquiriendo unas escamas más sólidas que antes. Así, un estudio reciente, basado en la inspección de la escama y el genotipo de alrededor de 700 carpas y peces criados en piscifactorías, ha sacado a la luz que el 75% de las carpas de Madagascar está cubierto por escamas gruesas, al igual que sus predecesores europeos salvajes.
Anteriormente, se consideraba que el ritmo de la evolución natural era mucho más largo. No obstante, el caso de los peces teleósteos fisóstomos demuestra que, a veces, los cambios importantes se producen en un periodo muy corto de la escala evolutiva.