Para proteger a los pilotos rusos de posibles daños causados por esquirlas o balas perdidas en combate, el uniforme blindando contará con un chaleco antibalas, un casco con sistema de comunicación integrado y un traje contra el fuego, capaz de resistir hasta 30 segundos de fuego directo, el tiempo necesario para que el piloto abandone la aeronave en caso de emergencia.
Además, se planea aumentar el área de protección del chaleco antibalas. Los chalecos antibalas modernos protegen el torso y los órganos más importantes del piloto —explicó Román Samofalov, especialista de la compañía Armokom—, pero los desarrolladores rusos están trabajando en sistemas de protección para brazos y piernas.
El Vulkan-VKS pesa en total 6 kilogramos y ha superado ya las primeras pruebas, al recibir buenas críticas por parte de los pilotos. El desarrollo del uniforme blindado se encuentra en una etapa temprana y es posible que el traje sea equipado con camuflaje contra infrarrojos u otra clase de nuevas tecnologías.