"Nuestros países son víctimas de los graves daños que la corrupción causa al debilitar la confianza de los ciudadanos en las instituciones, propiciar el desapego a la ley y erosionar recursos indispensables para superar la pobreza y la desigualdad", denunció el alto cargo de la OEA, en su conferencia titulada 'La corrupción: Costos y estrategias de mitigación'.
Para la OEA la transparencia, la integridad y la rendición de cuentas "son prioridades éticas y para lograrlas, es necesario contar con la participación de Gobierno, sector privado, actores sociales y ciudadanos en general" y ante ellas "nuestra tolerancia es cero", enfatizó el excanciller de Uruguay.
La corrupción y la impunidad ante ella "son males sistémicos, que erosionan la democracia, alejan a la ciudadanía del sistema político, generan desconfianza y una perenne percepción de injusticia en la sociedad", advirtió el jefe de la diplomacia en el Gobierno del expresidente José Mujica.
Los únicos beneficiados de la corrupción "son un pequeño grupo, una élite, que se apropia de los recursos públicos dejando a los más débiles, los más humildes, los que viven de su esfuerzo, como los más perjudicados", denunció el secretario general.
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El empoderamiento que puso las comunicaciones en manos de la gente, "ha hecho que la corrupción y la impunidad no pasen ya desapercibidas", celebró Almagro en México, país donde el Congreso calcula que unos 25.000 millones de dólares del presupuesto federal se pierden por ese mal.
En el sector público, hay nuevas recomendaciones, dijo Almagro y enumeró: la prevención de conflictos de intereses, la preservación de recursos públicos, la contratación estatal, la vinculación de servidores públicos y sus sistemas de declaración patrimonial, la tipificación de actos de corrupción tales como el enriquecimiento ilícito, y los órganos de control superior a cargo de la prevención, investigación y sanción de tales actos.