Agregó que 4.262 empresas e instituciones fueron cerradas.
Turquía vivió en la noche del 15 de julio un intento de golpe protagonizado por un grupo de militares que se saldó con al menos 238 muertos –sin contar a los amotinados– y casi 2.200 heridos.
El Gobierno turco culpa de la intentona a los partidarios del teólogo musulmán Fethullah Gülen, cuya extradición exige a EEUU.
El propio Gülen, exiliado en Pensilvania, refutó las acusaciones, condenó la asonada y dijo que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, la aprovecha para dar un golpe blando contra la Constitución.
En los días posteriores al golpe, en todo el país fueron detenidas o suspendidas decenas de miles de militares, agentes, jueces, funcionarios públicos y docentes.