Las armas halladas en una casa abandonada por los milicianos de Frente al Nusra —actualmente conocido como Frente Fatah al Sham, proscrito en Rusia y otros países— en el este de la ciudad siria de Alepo son, en su mayoría, de origen norteamericano e incluyen los misiles antitanque TOW 2A, los misiles UN0181 y los morteros del calibre 81 mm, así como diferentes municiones. Varias cajas, además, tenían las letras 'USA' escritas sobre ellas.
Es un hecho bien conocido que las armas estadounidenses destinadas a la oposición moderada a menudo acaban en las manos de los terroristas. En septiembre de 2015, por ejemplo, los combatientes de la División 30, entrenados por Washington, se rindieron a los milicianos del Frente al Nusra —el precursor del Frente Fatah al Sham y exafiliado a Al Qaeda— y les entregaron sus armas.
Dos meses después, el mismo grupo terrorista publicó un vídeo en el que agradecía abiertamente al Ejército Libre Sirio el haberle suministrado los misiles antitanque TOW de producción estadounidense.
En abril de 2016, la cadena Al Jazeera publicó una grabación en la que los yihadistas de Al Nusra mostraban las armas que habían arrebatado al Frente Revolucionario Sirio —el que la Casa Blanca entonces consideraba como su referente en la lucha contra Daesh en Siria—.
El medio agregó que varias armas robadas fueron utilizadas para matar a dos ciudadanos estadounidenses en la instalación de entrenamiento de la Policía en Amán —la capital del país—.
A principios de julio, los medios locales informaron de un asalto realizado por Al Nusra contra las sedes del Ejército Libre Sirio en varias localidades del país. Los terroristas lograron hacerse con las armas y municiones, y de nuevo con los preciados misiles TOW.
Un "sin comentarios" permanente
Lo increíble es que por el momento el Departamento de Estado ha fracasado a la hora de abordar este problema.
Durante una rueda de prensa, el 27 de junio, la portavoz de la entidad, Elizabeth Trudeau, reachazó comentar el reportaje de New York Times sobre el robo sistemático en Jordania de las armas estadounidenses destinadas a la oposición moderada.
De la misma manera, se negó a discutir los informes anteriores sobre cómo las armas de EEUU acabaron en las manos de la filial de Al Qaeda en Siria.
Trudeau también evitó hablar sobre las agencias involucradas en la investigación de este caso.
El periodista Matthew Lee, de Associated Press, llamó la atención sobre el hecho de que la Casa Blanca también fue preguntada sobre el asunto.
"¿Sabéis qué hicieron? Han enviado las preguntas al Departamento de Estado y al FBI", observó.
Los académicos estadounidenses Austin Carson y Michael Poznansky, en un artículo para el blog militar War on the Rocks, explicaron que "el programa de entrenamiento y los suministros de armamento para los rebeldes sirios 'vale la pena' pese a la llegada de armas norteamericanas a manos equivocadas".
Según escribieron, todo esto señala el éxito de la CIA en afectar la moral de Asad, influir en el campo de batalla en Siria y promover los intereses de Estados Unidos.