Según fuentes de las fuerzas de seguridad que cita la agencia, el número de manifestantes se contabilizó analizando imágenes captadas desde los helicópteros de la policía encargados de velar por la seguridad durante el mitin.
Se trata del acto más multitudinario de una serie de manifestaciones similares que se llevaron a cabo en Turquía en las tres semanas posteriores al fallido golpe militar del 15 de julio.
Ante los manifestantes en Estambul intervinieron el presidente Recep Tayyip Erdogan, el primer ministro Binali Yildirim y los líderes de las dos principales formaciones de la oposición, Kemal Kilicdaroglu del Partido Republicano del Pueblo y Devlet Bahceli del Partido de Acción Nacionalista.
La intentona golpista se saldó con 238 muertos, sin contar a los amotinados, y unos 2.200 heridos, según el Ministerio del Interior del país otomano.
A raíz de la asonada, las autoridades turcas iniciaron purgas masivas en las que detuvieron a unas 26.000 personas. Más de 13.400 permanecían bajo custodia el 3 de agosto. Decenas de miles de jueces, policías, militares, otros cargos públicos y profesores fueron suspendidos en Turquía que declaró por tres meses el estado de excepción.
El Gobierno turco imputa la intentona golpista a los partidarios del teólogo opositor Fethullah Gülen cuya extradición exige a EEUU. El propio Gülen, exiliado en Pensilvania, refuta las acusaciones, condenó la asonada y dijo que el presidente Erdogan la aprovecha para dar un golpe blando contra la Constitución.
