"Han intentado por todos los medios eliminarnos personal y políticamente como formación política, no lo han conseguido y no lo conseguirán", aseguró Mas, que actualmente preside el Partit Demòcrata Català a pesar de estar alejado de la actividad parlamentaria.
Mas situó la negativa a que su partido tenga voz propia en el Congreso en el marco de una operación para eliminar lo que esta formación representa.
"Si Cataluña tiene una oportunidad de conseguir su propio Estado, eso pasa por lo que nosotros representamos, somos el elemento clave, quieren eliminar lo que representa la fuerza central soberanista de este país, que decanta la balanza a favor de que el proceso soberanista salga adelante", argumentó.
En las elecciones del pasado 27 de septiembre, Convergència Democràtica de Catalunya concurrió a las elecciones junto a Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y varios actores independientes del soberanismo en una candidatura independentista unitaria bautizada como Junts Pel Sí.
Sin el respaldo de los diez parlamentarios de la CUP, los 62 diputados de Junts Pel Sí no contarían con los votos necesarios para gobernar frente a los 63 escaños que conforman la oposición no independentista.
La CUP impuso como condición para dejar gobernar a Junts Pel Sí que Artur Mas, al que rechazaban por haber ejecutado políticas de austeridad en la anterior legislatura, diese un paso atrás.
Finalmente, un candidato alternativo, Carles Puigdemont, formó gobierno.
Si la CUP no respalda a Puigdemont cuando se someta a la cuestión de confianza el próximo mes de septiembre, la gobernabilidad en Cataluña quedará completamente quebrada.