"Tenemos grandes preocupaciones por la situación que se desarrolla en Turquía ", dijo Koenders al agregar que los Países Bajos "prevén enviar una señal clara sobre la necesidad de respetar la ley".
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Turquía se está recuperando de un fallido golpe militar que tuvo lugar el pasado 15 de julio y se saldó con 232 muertos y más de 1.500 heridos, según los últimos datos oficiales.
Después de sofocar la rebelión, las autoridades empezaron purgas en las FFAA, cuerpos de seguridad y organismos del poder judicial para identificar a los representantes del 'Estado paralelo', partidarios del exiliado clérigo islamista Fethullah Gülen, a quien Ankara identifica como promotor de la intentona y cuya extradición exige a EEUU.