El "maestro Tabárez", como lo llaman los uruguayos, padece un trastorno neurológico llamado Guillain-Barré, enfermedad que le impide caminar normalmente.
Pero la evolución y la gravedad de la dolencia no han trascendido a la prensa.
Durante la Copa América Centenario fue fotografiado a bordo de un carrito eléctrico, hecho destacado por la prensa internacional, aunque los periodistas y los aficionados uruguayos estaban acostumbrados a verlo usar muletas durante las ruedas de prensa y partidos de la Celeste.
A sus 69 años, Tabárez lleva más de una década al frente de la Selección Nacional uruguaya y se le atribuye el renacimiento del equipo charrúa, materializado en la victoria de la Copa América de 2011 y en la buena actuación durante el Mundial de Sudáfrica en 2010, cuando Uruguay alcanzó las semifinales.
Después de estos éxitos, un sondeo de opinión llegó a situarlo como uno de los hombres más populares de Uruguay.
Con un sueldo de 600.000 dólares anuales en 2014, fue clasificado entre los seleccionadores de fútbol peor pagados del mundo. Pero para el 2016, con 1,28 millones de dólares anuales, su situación había mejorado sensiblemente, aunque en febrero de este año confesó a la prensa que la Asociación Uruguaya de Fútbol, recurrentemente en crisis, le debía tres sueldos.