Tras una vida difícil, Montero, que fue violada por parientes en la infancia y se casó a los 16 años con un hombre que la maltrataba, decidió dedicarse a la prostitución.
Montero, de 46 años, es madre de 15 hijos, de los cuales solamente tres son biológicos. Los otros 12 han sido adoptados de trabajadoras sexuales que pretendían abortar.
Elegida en mayo de 2016, Montero planea aprovechar sus vivencias personales para cambiar la situación de las trabajadoras del sexo en su país.
Actualmente, la congresista trabaja en varios proyectos, con los cuales planea promover los derechos laborales de las prostitutas y crear oportunidades de trabajo para mujeres que ejercen la profesión, así como evitar que las jóvenes encuentren en el trabajo sexual su única oportunidad de supervivencia.
La diputada planea también proponer en el Congreso dominicano la creación de centros de asistencia legal y psicológica para las prostitutas.
Cabe destacar que un vacío legal hace que la prostitución no sea un delito en República Dominicana, dado que el trabajo no está regulado por el Gobierno. Sin embargo, el proxenetismo y la explotación sexual sí son penalizados por las leyes del país.
Se estima que actualmente hay cerca de 200.000 dominicanas prostituyéndose dentro o fuera del país, según AP.