Con motivo de la fiesta nacional argentina, en la residencia campestre del embajador Tettamanti en Moscú se celebró una recepción a la que asistieron unos 250 huéspedes, o tal vez más, entre ellos diplomáticos de diferentes países, políticos, empresarios, representantes de círculos científicos y culturales.
Los invitados se reunieron en el recinto de la “dacha” (así se llaman en Rusia las casas del campo) ubicada en una pintoresca zona, “Serébriani Bor” (el bosque plateado), para asistir a la conmemoración al aire libre del Día Patrio argentino.
Apenas terminó una ligera lluvia que poco aportaba al ambiente festivo, se interpretaron los himnos nacionales ruso y argentino, luego intervino el embajador anfitrión, Pablo Anselmo Tettamanti, seguido por Alexandr Schetinin, director del Departamento Latinoameticano de la Cancillería rusa.
Los dos diplomáticos destacaron que pese al cambio de la jefatura en Argentina tras las elecciones presidenciales del año pasado, ambos países confirmaron su fidelidad al deseo de fomentar las relaciones de socios estratégicos que unen a Moscú y Buenos Aires.
Al término de la parte oficial de la celebración del Día de la Independencia de Argentina, los huéspedes de la fiesta pudieron deleitarse con tangos argentinos que interpretó una orquesta rusa y saborear el asado preparado por los magos de la cocina argentina y, como no, apreciar el vino Malbec y otros que no faltaron en esta amena actividad al aire libre.
