Anteriormente, la Comisión que investigó la participación del Reino Unido en la campaña militar en Irak entre los años 2003 y 2009 publicó el informe Chilcot, en el que quedó reflejado que se intervino allí por decisión expresa de Tony Blair, sin el mandato de la ONU y, de esta manera, quedó dañada la credibilidad del Parlamento británico.
Entonces, Londres decidió unirse a la campaña militar estadounidense en este país de Oriente Próximo. Según la Comisión, la decisión fue tomada sobre la base de "datos de inteligencia erróneos" y subestimaba las consecuencias de la invasión, mientras que el Gobierno de Sadam Husein de la época no representaba amenaza alguna en aquel momento para el Reino Unido.
EEUU y sus aliados invadieron Irak en marzo de 2003 y, oficialmente, retiraron sus tropas en 2011. Cerca de 200.000 militares y civiles fallecieron a causa de la guerra, que llevó al derrocamiento del régimen de Sadam Husein y al debilitamiento del Gobierno central del país.
Según el Ministerio de Defensa del Reino Unido, 179 militares británicos murieron durante la guerra en Irak.