"Catar pagaba las protestas y después comenzó a retribuir a los que tomaban las armas", dijo Asad en una entrevista a la cadena australiana SBS, según informa la agencia SANA.
"Muchos se manifestaban porque querían reformas y eso no lo podemos negar (…) Tampoco podemos decir que todos eran terroristas o mercenarios", indicó.
Algunos ciudadanos, sostuvo, consideraban que las reformas avanzaban muy lentamente, otros, al revés, creían que eran aceleradas.
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El Gobierno, subrayó, "aprobó las reformas necesarias cinco años antes del estallido del conflicto, pero no cambió nada".
"Enmendamos la Constitución y las leyes, como lo exigía la oposición, pero la situación no cambió", señaló
El mandatario admitió que hubo errores en la gestión estatal, pero, recalcó, "eso no es una justificación para que la gente mate a policías y soldados".
Según Asad, la mayoría de los que protestaban al principio del conflicto y las autoridades ahora trabajan juntos.
Las manifestaciones se iniciaron en Damasco y luego se extendieron a la ciudad de Deraa, en el sur del país.
Un mes después las movilizaciones inundaron todo el país, algunas de ellas desembocaron en choques con la policía registrándose varios fallecidos.
A finales de 2011 la aguda crisis derivó en un conflicto armado.