"Los atacantes asaltaron los puestos de control, abriendo fuego y lanzando granadas. Uno de ellos detonó su explosivo", contó el empleado que estaba en la terminal internacional.
"Pasé por el área del ataque un poco antes de la explosión. Entré en mi oficina y luego escuché el estruendo. A través del cristal del despacho vimos a la gente corriendo y a los heridos que estaban en el suelo", recordó el empleado.
El cristal de los despachos para empleados quedó destrozado por la deflagración y un buen número de gente sufrió lesiones. Algunos incluso se desplomaron, según el testigo.
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Sin embargo, al tratarse del lugar más seguro, "nos ordenaron seguir en nuestras oficinas por temor a más ataques", prosiguió el trabajador aeroportuario.
En el momento de la entrevista, el aeropuerto seguía cerrado, y tanto los empleados como los pasajeros permanecieron en el sitio mientras esperaban información de los servicios de seguridad.