Además, muchos oficiales chinos, según el experto, han sentido por mucho tiempo que una guerra entre Washington y Pekín es inevitable. Otros analistas, sin embargo, descartan la idea argumentando que el costo de un conflicto entre las dos potencias sería muy grande y EEUU seguramente ganaría.
"Pero la historia está llena de guerras que parecían no tener ningún sentido", afirma Broder.
Por un lado, asegura el columnista, la disputa es territorial: Pekín insiste en que ese mar, con sus islas y recursos naturales, históricamente ha pertenecido y pertenece a China. EEUU, por su parte, afirma que esas son aguas internacionales, al menos hasta que se solucionen los conflictos entre los países que las reclaman.
"EEUU alega que solo la Marina de EEUU puede ser responsable de garantizar la libertad de navegación en esas aguas, las cuales incluyen alguna de las rutas de navegación más importantes del mundo", escribe Broder.
"En una época en que la economía de China va en frenada, Xi Jinping —presidente de China— está siendo presionado en casa para que encuentre otras formas de demostrar los avances de China bajo su mando. Retomar el control de Pekín sobre el mar de la China Meridional, tras un siglo de dominación extranjera, es lo que necesita", explica el experto.
Las aguas del Mar de China Meridional son disputadas por Filipinas, Vietnam, Malasia, Brunei, Taiwán y, por supuesto, China.
Receloso de un conflicto armado, añade el artículo, el presidente Obama ha permitido en silencio que Pekín opere en el mar de la China Meridional, al tiempo que ha creado relaciones militares y económicas con los vecinos de China, para debilitar su influencia. Sin embargo, el presidente, a grandes rasgos, ha evitado transitar por esas aguas.
Mientras espera los resultados del litigio con Filipinas, que seguramente no le será favorable, China recuerda que está dispuesta a negociar con cada uno de los países de la región por separado, mientras que EEUU quiere obligarlo a negociar con todos en colectivo. Con respecto a esto, Pekín opina que EEUU "está avivando la disputa para traer sus fuerzas de vuelta al Pacífico".
La gran pregunta, continúa el autor, es cómo reaccionará China al resultado del juicio internacional. Algunos temen que Pekín reforzará sus operaciones para reclamar tierras, mientras que otros creen que restringiría el espacio aéreo sobre el mar en cuestión, interceptando aeronaves no identificadas, causando un conflicto de intereses con los aviones espías.
En resumen, los militares chinos aseguran que el armamento estadounidense amenaza con neutralizar los arsenales nucleares terrestres de China, dejando a Pekín la única opción de desplegar sus submarinos para enfrentar cualquier ataque nuclear.
Los buques de guerra norteamericanos y chinos operan bastante cerca los unos de los otros en el mencionado mar. Si agregamos submarinos nucleares a la ecuación, la posibilidad de un accidente que tenga consecuencias graves aumenta considerablemente. Más teniendo en cuenta que los submarinos chinos son indetectables por los radares y China seguramente no informará a EEUU de su posición, es posible que el país norteamericano mande más naves espía para rastrear a los submarinos.
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"La guerra entre una China en proceso de crecimiento y unos EEUU al mando del mundo se podría evitar —opina el experto—, si los dos países estuvieran dispuestos a realizar dolorosos cambios".