El pasado marzo, el Gobierno chino aprobó un nuevo plan quinquenal que ya no otorga preferencia a las firmas extranjeras que buscan beneficiarse de la mano de obra barata y las normas medioambientales laxas en el país.
Pekín quiere convertirse en el líder tecnológico en los próximos años y, para ello, ha empezado a apoyar a las empresas de innovación nacionales, según DWN.
"Las firmas chinas capaces de competir independientemente en el mercado mundial están siendo promovidas. En cuanto a los socios occidentales, solo los que son capaces de traer innovación y compartir las tecnologías necesarias son bienvenidos", indica la nota.
Así, el acceso de las compañías europeas a varios sectores del mercado chino se hizo más difícil a raíz de la concreción de la nueva política gubernamental.
De acuerdo con la reciente iniciativa, las compañías chinas deben orientarse al consumo doméstico y ocuparse de la protección del mercado local, dice la publicación.
Anteriormente, el periódico informó de que Europa puede perder el acceso a los principales mercados del mundo, entre ellos Rusia, China y Turquía. Varios factores contribuyen a este fenómeno —como la estrategia económica china—, aunque la mayoría de ellos son de carácter político.
En el caso de Turquía, influyen la disputa sobre el reconocimiento del genocidio armenio por el Bundestag, la represión de los periodistas por parte de Recep Tayyip Erdogan, el presidente turco, y el aumento de los atentados en el país. En el caso de Rusia, son las sanciones occidentales vinculadas con los acontecimientos en Ucrania las que perjudicaron las relaciones económicas entre las partes.