"La decisión de Naciones Unidas en imperativa y vinculante. Es un mecanismo que surge de la carta de creación de la ONU. Es de costumbre evidente y (Gran Bretaña y Suecia) tienen la obligación y el conflicto de lealtad que las obliga a cumplir esas resoluciones", dijo Garzón en referencia al dictamen del Grupo de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias de la ONU que exigió la liberación de Assange.
Gazón detalló que después de cinco años de investigaciones, la fiscalía sueca no ha formulado cargos contra Assange, no lo ha interrogado y tampoco reconoce el derecho de Ecuador a darle asilo.
Londres se ampara también en una convención internacional para no reconocer el asilo otorgado por Quito hace cuatro años, según el exjuez.
"Gran Bretaña y Suecia se niegan a dar una alternativa que no sea la entrega de una persona (…) no existe interés de resolver la situación sino a través de la tensión de que Ecuador ceda en el derecho otorgado a Assange", expuso Garzón.
El magistrado, famoso por haber procesado al exdictador chileno Augusto Pinochet, describió el caso Assange como un choque entre las jurisdicciones nacionales e internacionales inédito en el Siglo XXI.
"No existe una verdadera protección en caso de corrupción o casos que afectan a la violación sistematica y masiva de los derechos humanos. Y ese es el gran desafío de la difusión masiva de información" dijo el abogado.
Garzón participó en una serie de conferencias de Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina (Ciespal) con sede en Quito.