La orden publicada hoy es la más estricta en todo el país, según el diario China Daily.
Los infractores serán "severamente castigados", aclara la nueva ordenanza.
El alcohol está asentado en la cultura china y es inseparable de los grandes ágapes, en los que los comensales dicen "ganbei" antes de vaciar sus vasos de baiju, el potente licor nacional.
El consumo del alcohol alcanza sus cotas máximas en firmas de contratos, celebraciones como bodas o banquetes con funcionarios.
No es raro leer en la prensa china casos de oficiales muertos por coma etílico.
"Muchos chinos creen que un banquete sin alcohol no es un banquete", ha recordado Yang Hongwen, ejecutivo de una compañía de licor provincial.
Algunos funcionarios han mostrado su fatiga por una cultura del alcohol de la que no pueden escapar y que les obliga a beber incluso cuando ya han superado su nivel personal de resistencia para no decepcionar al resto.
La agencia de noticias oficial Xinhua aseguró recientemente que el alcohol en los banquetes oficiales allanaba el camino hacia la corrupción.
"Ocurre a menudo que algunos funcionarios prefieren discutir asuntos de trabajo mientras beben en las comidas y no en la oficina", sostiene el diario oficial del cuerpo disciplinario.
Lea más: Los científicos encuentran al culpable del alcoholismo en la adolescencia
La nueva ordenanza establece que la ley seca podrá exceptuarse en los banquetes que tengan como objetivo atraer inversión y en los relacionados con asuntos internacionales.
El diario Beijing Times ya ha advertido de la posibilidad de que esos dos tipos de banquetes se vayan a multiplicar en el futuro para regatear la prohibición.