Según un estudio de la Universidad de São Paulo (USP) con datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) la grave recesión que afecta a Brasil ha interrumpido por primera vez en 15 años la tendencia a disminuir la desigualdad entre ricos y pobres.
Entre 2001 y 2014 esos índices bajaron porque la renta de los pobres creció más que la de los ricos, pero la tendencia actual es que la renta solo aumente para ese 10 por ciento más rico, mientras aumenta la franja de población en situación más precaria.
La desigualdad entre los trabajadores brasileños aumentó un 3 por ciento desde inicios de 2015 y ha ido en paralelo al crecimiento del desempleo, que ha pasado del 7,9 por ciento al 10,9 por ciento.
Como muestra está el aumento de personas que dicen ganar como máximo 600 reales al mes (177 dólares): en el primer trimestre de este año ya eran casi 27 millones de brasileños, una cuarta parte del mercado de trabajo.