Y Occidente ya hace tiempo se ha dado cuenta de eso, pero últimamente son cada vez más las voces que se alzan en varios países de la UE para terminar con esta política de sanciones que los está hundiendo cada vez más.
Con respecto al tema agrícola, el economista y miembro de la UNAM, Ariel Noyola Rodríguez, explica que esta tendencia tiene que ver con un intento del Gobierno de Rusia de despetrolizar la economía, a la vez de hacerla menos dependiente de las exportaciones de gas hacia la Unión Europea.
Es en este sentido, opina el experto, también se inscriben las distintas alianzas que ha tejido Rusia en los últimos años, en la que se destaca fundamentalmente la vinculada a China, con la que se ha comprometido a suministrar una cantidad de gas durante las próximas décadas.
Rusia se consolida como una potencia exportadora de alimentos y está en el camino de depender cada vez menos de las exportaciones de productos energéticos, y si continúa de este modo, en un lapso de 2 o 3 años se podrá ver a Rusia con tasas de crecimiento superiores a 3%, opina Noyola Rodríguez.
El economista señala que la apreciación del dólar a lo largo de los últimos 2 años no ha ayudado en nada a las empresas estadounidenses en ganar competitividad en el mercado internacional. Y frente a ese escenario, Rusia, pese a las sanciones impuestas, ha venido colocando sus productos entre más de 130 países, entre los que destacan varios asiáticos. En este sentido, indica que China es un país que carece de soberanía alimentaria, lo que ha favorecido las exportaciones de alimentos por parte de Rusia hacia este país.
La estrategia de las sanciones económicas contra Rusia incluye el ámbito de las finanzas que se han utilizado como un instrumento de política exterior por parte del Departamento del Tesoro de EEUU que ejerció en un primer momento fuertes presiones sobre el SWIFT (Society of Worldwide Internacional Financial System), el sistema internacional de pagos interbancarios, para que sacara a Rusia de estos circuitos de crédito y con eso provocar un desplome mayor del rublo.
Ariel Noyola Rodríguez señala que esto no se concretó, y añade que después de este hecho las autoridades rusas trabajaron para construir un sistema de pagos alternativo que neutralizara los posibles ataques, las posibles sanciones y el sabotaje de parte del sistema bancario anglosajón, y para sortear el monopolio de Visa y Mastercard.
Incluso esta estrategia del Gobierno ruso ha servido como inspiración para los países que integran los BRICS, que vienen estudiando la posibilidad de construir un sistema de pagos alternativo que no dependa del capricho de los líderes de EEUU, apunta Noyola Rodríguez.