Santos sostuvo el jueves que si no se firma la paz con las FARC, esta insurgencia izquierdista desataría una guerra urbana que "es mucho más demoledora que la guerra rural".
De inmediato el presidente recibió críticas desde distintos sectores políticos, a los que se sumó Ordóñez, conocido por sus posturas ultraconservadoras y contrarias a las negociaciones con la guerrilla.
Esto ocurriría si el pueblo colombiano no aprueba los acuerdos de La Habana.
La gravedad de dicha información no puede pasar inadvertida para la Procuraduría, agregó Ordóñez.
El procurador considera "inadmisible" que Santos "acepte como regla de la negociación que se amenace con una guerra urbana".
"Está claro que el plebiscito no es para que los ciudadanos tengan la última palabra, sino para que se sometan por la fuerza, a lo pactado por el presidente Santos y el cabecilla (de las FARC) alias 'Timochenko'", agregó.
El Gobierno de Santos espera firmar el acuerdo final de paz con la guerrilla en los próximos meses y busca someter todos los pactos firmados a aprobación o rechazo de la ciudadanía mediante un plebiscito.