"Alemania, Austria, Hungría y, hasta cierto punto, los Países Bajos apoyan el proyecto, porque el combustible transportado por este gasoducto será imprescindible para compensar la caída de la extracción de gas propio en Alemania y los Países Bajos", explicó el responsable en una rueda de prensa realizada en la sede de la agencia de información Rossiya Segodnya.
Entre los detractores del proyecto, Zavalni nombró a los países bálticos, a Polonia y a algunos países de Europa Oriental, en especial, Ucrania.
"Es obvio que si Nord Stream 2 comienza a funcionar, Ucrania podría perder el tránsito de combustible por su territorio y por lo tanto quedarse sin beneficios", agregó el parlamentario.
Pável Zavalni destacó que la cuestión del paso de gas por el territorio ucraniano estuvo sobre la mesa de negociaciones de este grupo informal.
"La UE y Rusia están interesadas en preservar la estabilidad de los suministros, y asegurarlo es una tarea de todos", declaró el político. Entre las medidas abordadas se discutieron las inversiones a realizar en la modernización de los gasoductos de Ucrania, que podrían realizarse, por ejemplo, formando un consorcio conjunto. Sin embargo, "la parte ucraniana evita tomar cualquier decisión", lamentó Zavalni.
El proyecto Nord Stream 2 prevé la construcción de dos tuberías de gas con capacidad para transportar 55.000 millones de metros cúbicos anuales. El trazado del proyecto uniría la costa rusa con Alemania a través del fondo del mar Báltico y supondría una ampliación del gasoducto existente Nord Stream, que actualmente tiene la misma capacidad que la infraestructura proyectada.
