"Seguiremos buscando relaciones constructivas y cooperación con Rusia; especialmente en el contexto de una tensión elevada, como ahora, es importante seguir manteniendo abiertos canales de diálogo político y contactos entre militares ya que son necesarios para evitar accidentes", dijo.
La OTAN, agregó, “no busca una confrontación con Rusia ni quiere una nueva Guerra Fría”.
Las relaciones entre Rusia y Occidente se deterioraron a raíz de la crisis ucraniana y particularmente tras la adhesión de la península de Crimea a Rusia.
Tras el agravamiento de la situación en Ucrania, la OTAN aumentó su actividad naval cerca de las fronteras de Rusia, en particular en los mares Negro y Báltico.
Anteriormente, se informó de que la OTAN examina desplegar sendos batallones internacionales en tres países Bálticos —Estonia, Letonia y Lituania— y en Polonia, y que la decisión final sobre el número de los efectivos y los lugares de su emplazamiento se tomará en la cumbre de la Alianza Atlántica en Varsovia, los días 8 y 9 de julio.