"Desde luego, es una línea muy peligrosa, esa competición podría quebrantar la estabilidad estratégica", dijo a la cadena Rossiya 24, destacando que Rusia se opone a este escenario.
Agregó que a Moscú le preocupan los estudios occidentales que sostienen que China busca aumentar su influencia militar tras el reforzamiento de su poder económico y diplomático, y que llaman a prepararse para resistir a China.
Según Grushkó, la actual "alianza política" entre Rusia y China "tiene como meta evitar que la carrera armamentística global se descontrole".