En las papeletas de voto no aparecen datos concretos pero se propone enmendar la Constitución de Suiza para "garantizar la introducción del sueldo básico universal" que, a su vez, asegura "la existencia humana y la participación en la vida pública para toda la población".
Los impulsores del referéndum proponen un sueldo básico universal mensual de 2.500 de francos suizos —unos 2.260 euros— para los adultos y de 625 de francos suizos —unos 563 euros— para los niños.
El ingreso de la discordia
El sueldo básico universal genera controversias a lo largo del espectro político helvético. Para la izquierda, permitirá eliminar la pobreza y liberar a la gente que se encuentra atrapada en puestos de trabajo sin futuro. Por otro lado, los liberales piensan que la medida puede reducir la burocracia y crear un sistema del bienestar más sostenible.
La repercusión internacional
La idea se propagó también a otros países miembros de la UE. Un sondeo presentado por la compañía Daria Research calculó que el 68% de la población en los 28 países de la UE apoyarían la iniciativa del ingreso básico universal, de hecho, Finlandia y los Países Bajos ya llevan a cabo proyectos piloto en este sentido.
A diferencia de la propuesta suiza, el ‘experimento' con el sueldo público finlandés obtuvo el apoyo del Gobierno, así como de la coalición de partidos conservadores, liberales y populistas de Finlandia, según The Guardian.
Las pruebas con el pago del sueldo básico universal también están previstas en los Países Bajos para 2017 y se corresponden con los modelos de Suiza y Finlandia. El deseo de llevar a cabo estas iniciativas en ciudades como Utrecht nació de la frustración al comprobar que los programas de asistencia social resultaron ser "muy costosos y humillantes para los implicados".
El sueldo básico universal es una idea bastante antigua, pero el referéndum suizo ha proporcionado la oportunidad de reanudar el debate sobre sus ventajas.
Algunos de sus defensores apuntan que este tipo de ayuda ofrece una solución para el problema de la pobreza y al mismo tiempo busca 'rectificar' el sobrevalorado Estado de bienestar. Otros creen que es una medida a tener en cuenta en un mundo en el que las tecnologías pronto sustituirán el trabajo humano.
Los críticos de la propuesta destacan que costará una fortuna y que implicará elevar los impuestos. Además, si el sueldo básico llega a ser una ley, podría animar a la gente a dejar de trabajar, con consecuencias desestabilizadoras para la economía.
Si el pueblo suizo —al y como indican las encuestas— rechaza la idea del sueldo básico este domingo, no será el fin de la discusión. En cualquier caso, la idea de un salario universal está aprovechando la oportunidad del referéndum para situarse en el centro del debate público, señala FiveThirtyEight.
