Umland, quien es analista del Instituto para la Cooperación Euroatlántica ubicado en Kiev, apoya totalmente los intentos de Ucrania de aplicar reformas similares a las occidentales. Sin embargo, su evaluación de los primeros años de mandato de Poroshenko es mayormente negativa, ya que Ucrania sigue enfrentando los mismos problemas que tenía antes de su llegada, junto con nuevos.
Agregó que conoce a "varios observadores extranjeros, diplomáticos y representantes de organizaciones donantes, los cuales están, en su mayor parte, insatisfechos de los resultados de las así llamadas 'reformas'. Las reformas son algo de lo que se habla mucho en Ucrania, pero lo que está hecho es varias veces inferior a lo que se planeó".
A pesar de que las autoridades ucranianas admitieron recientemente que la delincuencia aumentó un 50%, el experto llamó la reforma de la Policía en Ucrania uno de los escasos éxitos de Poroshenko.
En todo caso, la raíz de los problemas del país, de acuerdo con el analista, es la incapacidad de Ucrania de escapar del 'malestar de su existencia postsoviética'.
"El sistema político y económico de Ucrania siguen funcionando sin cambios radicales. Es la raíz de todos los males. Todo se basa en los conceptos del amiguismo, 'patrocinismo', nepotismo, clanes, soborno e intrigas. Son los mecanismos informales, y no el Estado de derecho, los que controlan la vida social en Ucrania".
Al hablar de los políticos extranjeros invitados al Gobierno de Ucrania para llevar a cabo las reformas, señaló que tiene la impresión de que "todos estos extranjeros están invitados a la política ucraniana solo para mejorar la imagen del país. En realidad, no creo que sean necesarios".
"Si hubiera otro sistema de gestión pública, otro sistema electoral, y, posteriormente, otro Parlamento, Ucrania podría resolver sus problemas sin ayuda de políticos y consejeros extranjeros. Desafortunadamente, no puedo ver ningún cambio radical en el sistema de administración estatal", agregó.
El experto se lamentó de que Petró Poroshenko parezca estar más preocupado por su propia fuerza e intereses comerciales que por su país.
Reconociendo que al principio, los líderes occidentales estuvieron impresionados por los gestos y habilidades en el idioma inglés del mandatario ucraniano, finalmente, "la pasividad y la fachada de las reformas en el país ahora están contra Poroshenko personalmente y contra la política exterior de Kiev. Los socios occidentales de Ucrania están decepcionados del presidente", concluyó.