El niño, Yamato Tanooka, fue hallado por personal de las Fuerzas de Auto Defensa en un refugio de Shikabe (Hokkaido), a cinco kilómetros de donde fue visto por última vez, según la agencia Kyodo.
Las tropas, que habían acudido al refugio para resguardarse de la lluvia, encontraron al niño acurrucado entre colchones.
Yamato ha revelado que llegó ahí el sábado después de deambular por el bosque y que apenas ha podido beber agua y carecía de comida.
El niño presenta síntomas de agotamiento, hipotermia y ligera deshidratación, además de algunas cicatrices en brazos y piernas, pero su estado general es bueno.
En estos momentos se encuentra con una sonda intravenosa en el hospital, donde pudo reencontrarse con su familia.
Su padre le ha pedido perdón por ser demasiado duro con él y también a todo el país, que había entrado en estado de consternación tras saber que fue abandonado como castigo.
Sus padres dijeron a la policía que le obligaron a bajarse del coche en una montaña remota después de que lanzase piedras a los coches y personas.
Cuando regresaron hora y media después, el niño ya no estaba allí.
Cientos de policías, bomberos y fuerzas militares ayudados por helicópteros realizaron estos días una masiva operación de rescate en una zona muy frondosa.