La colección pertenece al Museo ruso del Hermitage y se exhibe por primera vez al público en la también primera colaboración entre ambas instituciones.
'La emperatriz y el jardinero' muestra hasta el 4 de septiembre cerca de un centenar de vistas inéditas de esta finca monárquica inglesa ubicada a orillas del Támesis, al oeste de Londres.
See Hampton Court's gardens as #CapabilityBrown would have in The Empress and the Gardener https://t.co/8qxfwQbVDg pic.twitter.com/dcneV3ZJWp
— HistoricRoyalPalaces (@HRP_palaces) 28 de abril de 2016
"Alguna lámina se ha reproducido en libros, pero la mayoría nunca se ha mostrado antes y aún se conserva en sus álbumes originales", confirma a Sputnik Novosti Sebastian Edwards, comisario de la excepcional muestra.
La colección completa consta de dos cuadernos con unos 150 detallados dibujos de Hampton Court que en 2010 rescató del olvido Mijaíl Dedinkin, vicedirector en arte europeo occidental en el museo de San Petersburgo.
"No hay un registro comparable de ningún otro palacio. Es un legado único, un testamento honesto, completo y en esmerado detalle de Hampton Court", se maravilla el director de la exposición en conversación con esta agencia.
Realizados en acuarela, tinta o lápiz, Andrews ve su equivalencia contemporánea en el esfuerzo de "un entusiasta sacando fotos con su teléfono móvil".
Los dibujos no están firmados pero estudios dirigidos por Dedinkin constataron que los realizó John Spyers, topógrafo del ahora apodado 'Capability' Brown.
"Reunimos a la Emperatriz, a Brown y a este héroe anónimo a quien no reivindicamos como gran artista, sino como un fantástico documentalista y apasionado autodidacta", añade Edwards.
Catalina pagó 2.000 rublos por los dibujos —"Spyers pudo jubilarse con tal fortuna", calcula el comisario— a través de su jardinero escocés, James Meader, quien codiseñó el jardín inglés del palacio Peterhof de San Petersburgo.
La emperatriz se había obsesionado en esa época con el estilo paisajista natural inglés que promocionó Capability Brown.
Y de acuerdo con Andrews, la emperatriz y el jardinero establecieron contacto por carta pero nunca se conocieron personalmente.
"Es nuestro más famoso jardinero y un gran exportador cultural tanto en su tiempo como en su 300 aniversario. Fue un brillante autopromotor, con don de gentes, que sabía trabajar rápido, eficientemente y mejorando la rentabilidad de las tierras de sus clientes", describe a Sputnik.
El retorno de los dibujos a Hampton Court permitió conocer con exactitud el estado de las diferentes secciones de los jardines en los dos décadas, de 1764 a 1783, en que Brown fue el jardinero jefe por designación del rey Jorge III.
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También dio una nueva perspectiva a la relación que abrió Catalina la Grande en su búsqueda de inspiración para crear un jardín inglés en la más europea de las capitales rusas.
"Una muy improbable cooperación entre las cortes de Rusia y de Inglaterra a través del asistente de nuestro gran jardinero ha resultado en una colaboración en el siglo XXI con el Hermitage, uno de los magníficos museos del mundo", celebra el jefe de exposiciones de este histórico palacio real.
De acuerdo con Edwards, esta primera colaboración fue "extremadamente buena, sin oposición política aunque con bastante burocracia".
"Es la primera vez que trabajamos con el Hermitage u otra institución internacional a esta escala, de forma que es una novedad para nosotros. Confió en que surja otra oportunidad de trabajar con nuestros colegas rusos porque ha sido una cooperación muy interesante y fructífera", concluye el principal anfitrión en esta visita a Hampton Court organizada por el ente independiente estatal Historic Royal Palaces.
