"Es el plan de infraestructura más ambicioso de la historia, lo haremos con absoluta transparencia y tendremos que asegurarnos de que no exista ningún cuello de botella para lograr el objetivo de llegar al 100 por ciento de acceso a agua potable en el 2019", declaró el ministro del Interior del país Rogelio Frigerio a la agencia Télam.
El ministro destacó la importancia de la inversión estatal en este proyecto, que será destinado "no sólo para la provisión de agua y construcción de cloacas, sino también para el manejo del recurso hídrico".
El plan del Gobierno incrementará en un 17,5 por ciento los sistemas de riego para cubrir unas 300.000 hectáreas. También se emprenderán obras hidráulicas, sistemas de alertas por radares y planes de contingencia para prevenir desastres naturales ante inundaciones o sequías.
Para descartar sospechas de corrupción en el proceso de licitación de las obras, el funcionario señaló que el Ejecutivo facilitará "de manera gratuita los pliegos de las licitaciones para aumentar la concurrencia y la participación de nuevas empresas", añadió el funcionario.
En un acto el pasado 29 de abril, el mandatario argentino aseguró que el Plan Nacional del Agua crearía "200.000 puestos de trabajo de calidad", menos de lo prometido por su ministro del Interior.
El mandatario consideró que se necesitarían ocho años, y no cuatro como dijo Frigerio, para que todos los habitantes del país contaran con acceso a agua potable y a la red de cloacas.