Según los resultados oficiales, anunciados por el presidente de la Asamblea, Claude Bartolone, la moción recibió 246 apoyos de un total de 574 parlamentarios (tres escaños están vacantes), 42 menos del mínimo indispensable para prosperar.
La cuestionada ley de trabajo, que dio origen a protestas de sindicatos y organizaciones juveniles, quedó aprobada en primera lectura.
El fracaso de la moción era en parte previsible.
Para que se aprobase, el centroderecha debía de haberse asegurado el respaldo de los verdes y los "disidentes" socialistas, pero tanto unos como los otros manifestaron la víspera que rechazarían la propuesta por motivos políticos.
El primer ministro Valls había decidido recurrir a la Constitución francesa para aprobar su proyecto de ley de reforma laboral sin someterlo a votación en el Parlamento.
La cláusula 49.3 de la Constitución permite al Gobierno adoptar medidas por decreto si la oposición no saca adelante una moción de censura en un plazo de 48 horas.