Leire afrima que siempre ha tenido "un especial interés" hacia Rusia y se muestra feliz "no solamente de poder vivir" en ese país y "conocer de primera mano la cultura rusa", sino además "poder enseñar el euskera y dar y mostrar" su "propia cultura y lengua".
También está muy contenta con sus alumnos rusos que "están interesados en la lengua vasca" y "son personas muy curiosas y tremendamente inquietas intelectualmente".
Leire, quien dice ser "apasionada de las lenguas", domina perfectamente el idioma ruso, por lo que le resultó fácil adaptarse a la vida en Rusia.
La jóven cuenta que su interés por el idioma y la cultura del país eslavo se debe en gran medida a la música rusa a la que considera "grandiosa". Por esta razón, tradujo muchas canciones rusas al euskera, algunas de las cuales interpretó en los estudios de Radio Sputnik.
Confiesa que su ciudad favorita en Rusia es Moscú, también visitó ciudades como Kírov o San Petersburgo y tiene planes de conocer otros lugares. Entre otras cosas, para conocer mejor "la gastronomía rusa" que "es muy buena y variada".
Leire rechaza la opinión de que los rusos son fríos y explica que "las personas aquí en un primer contacto tienen más prudencia". Sostiene que estos y otros mitos sobre Rusia demuestran que "es una tierra enorme, pero desconocida".
Señala que Rusia y Occidente tienen "diferentes perspectivas y maneras de ver los sucesos".
"Es muy necesario que comprendamos que hay diferencias culturales y diferencias históricas", dice la joven y añade "que hace falta a los dos lados mucha tolerancia respecto a personajes, símbolos y maneras de hacer las cosas".
En tanto, Leire lleva una vida muy activa en Rusia. En particular, hace un tiempo organizó junto con sus alumnos el Día Internacional del Euskera, traduciendo canciones vascas al ruso y viceversa.
