Para llegar a esta conclusión, los científicos analizaron los datos de más de 125 mil británicos —59.357 hombres y 66.310 mujeres de edades comprendidas entre 40 y 69 años— y en ellos encontraron 38 variaciones genéticas asociadas con el inicio de la pubertad, la edad de la primera relación sexual así como la del primer parto, según la revista Nature Genetics.
"Esto no quiere decir que los genes en los que se ha hallado el cambio genético sean los responsables, pero los individuos portadores de estas variantes tienen una mayor probabilidad", comentó al periódico El Mundo el doctor Ignacio Blanco, vicepresidente de la Asociación Española de Genética Humana.
Utilizando los datos procedentes del ADN, los científicos lograron comparar los genes de las categorías de personas cuya actividad sexual empezo a una edad temprana o más tarde.
“Los factores socioculturales son claramente fundamentales, pero la edad a la que mantenemos la primera relación sexual también está relacionada con los genes que contribuyen a las diferencias en la personalidad”, declaró el genético John Perry.
Después, replicaron los resultados en 241.910 personas de Islandia y en 20.187 mujeres estadounidenses. De esta manera, pudieron aclarar la función de cada secuencia del ADN.
“Por ejemplo, las variaciones de CADM2, un gen que controla las conexiones neuronales del cerebro y la actividad cerebral también están relacionadas con la edad de inicio sexual más temprana para el individuo portador, el mayor número de hijos y la propensión del individuo al riesgo”, agregó Perry.
Según los investigadores, los genes ESR1 y RBM6 influyen en la reacción del organismo a las hormonas y algunas moléculas de señalización durante el crecimiento, lo que acelera el proceso de la pubertad.
El estudio ayudará a averiguar un posible vínculo de los factores genéticos con la pubertad a una edad más temprana —la que ha caído desde los 18 años en el siglo XIX hasta los 12,5 años en 1980— y la disminución de la edad de la primera relación sexual.
