La crecida inusualmente alta de los ríos en la región de Vologda, en el noroeste de Rusia, provocó enormes inundaciones. El fenómeno perjudicó a más de 1.500 viviendas en 22 localidades cercanas y obligó a miles de personas a huir de la zona. El Ministerio de Emergencias ruso lleva a cabo una operación de rescate, evacuando a la población afectada y desplegando campos temporales.
Una de las razones de la crecida ha sido la gran obstrucción de hielo que existe en dos de los ríos de la región —el Dviná del Norte y el Sujona—. Los zapadores de Emergencias propusieron utilizar explosiones controladas para romper el hielo y facilitar el flujo del agua sobrante.
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Dos bombarderos lanzaron 8 bombas aéreas de libre caída FAB-500 —cada una con un peso nominal de 500 kilogramos— basándose en los datos de los correctores de fuego terrestres.
El ministro de Emergencias ruso, Vladímir Puchkov, calificó de exitoso el uso de los aviones de combate:
"El ataque fue preciso, la obstrucción fue parcialmente destruida. El hielo ya se mueve", destacó.
El Ejército ruso afirmó estar dispuesto a trasladar a la región de Vologda bombarderos adicionales Su-24, así como helicópteros Mi-8 en caso de que la situación requiera repetir los ataques o aumentar su intensidad.