Manuales, cuadernos y logros científicos en la Universidad dejaron de existir por un tiempo, al igual que su vida personal, mientras que el arma para defender a la patria reemplazó al bolígrafo.
En una entrevista exclusiva a Sputnik muchos militares, que anteriormente eran estudiantes y que hoy forman parte de las filas del Ejército regular sirio, hablaron de su decisión de dejar los estudios para ir a la guerra, donde ellos están combatiendo en aras de su país.
¿Quién ha dicho que un especialista en Informática no puede combatir?
Khaldun Da'oun, un joven estudiante de Informática, fue educado en el campo de la programación de computadoras. Estudió y trabajó en la región de la ciudad de Salma.
"Mi casa está ubicada en la villa vecina, cerca de la base de los terroristas de Daesh, en la parte oriental de la frontera con el desierto sirio. Se encuentran al menos a cinco kilómetros de nosotros en las villas Klib as Sor, Um Jazira y al Jart. He dejado mi trabajo y el estudio y sujeté el fusil", cuenta Khaldun.
Su prioridad es defender a los vecinos de su villa y a sus parientes contra la amenaza terrorista.
"Cuando escuchas sobre los ataques en los alrededores de nuestra villa, no puedes hacerte a un lado. Te sumas a las filas de otros defensores de la Patria. Todos ustedes ya están enterados del sacrificio de los muchachos de la ciudad de Salma, hubo miles de fallecidos. Quién protege su pueblo, da gloria a su villa natal", añade Khaldun.
Un profesor de arqueología como guardia de los civiles
Mustafá Oda, profesor de Arqueología y soldado de la ciudad de Alepo, confesó a Sputnik que cuando un hombre pisa el campo de batalla se enciende automáticamente su instinto de autodefensa y lucha, o, en sus propias palabras, "la mentalidad militar".
"En cuanto llegas a la línea de frente, te olvidas de tu pasado por completo. Olvidas lo que te enseñaron, ya que tu única preocupación es la defensa y la protección de tu familia", explica Mustafá.
Señala que en Siria hay una mala distribución de los científicos, quienes podrían servir mejor para los trabajos de investigación incluso en el campo militar, que en el frente.
"Gente con gran potencial intelectual, cuyo pensamiento está concentrado en problemas científicos, son capaces de contribuir a la ciencia militar o a la ciencia de la guerra electrónica. Recién hemos perdido a dos compañeros en la batalla, uno de ellos era doctor en Historia, en el campo de Arqueología y el otro era doctor en Ciencias Agropecuarias", concluye Mustafá.
¿Estudios? Solo después de ganar la guerra
Khaled Alkhateb estudiaba en la facultad de turismo, cuando tomó la decisión de dejar todo e integrar a las filas de los soldados del Ejército sirio en la región de Guta Oriental en Damasco. De momento, no otorga demasiada importancia al aprendizaje, mientras que su país esté en guerra.
"Después de que fallecieron muchos de mis amigos en diferentes partes del país, decidí sumarme al Ejército e ir al frente. Ahora estoy luchando en los frentes al este de Damasco. Seguiré mis estudios, pero solo cuando termine la guerra, acabemos con el terrorismo, y cuando se resuelvan muchos de los problemas de Siria".
Después de la secundaria, justo al frente
Hussein es un residente de Damasco, que, al terminar la escuela, ingresó de voluntario en la academia militar. No le importa tanto el aprendizaje, como el futuro de Siria y el restablecimiento de la paz en su país.
"Mostraremos a todo el mundo que somos capaces de recuperar nuestras fuerzas. Y nunca olvidaremos que nuestro principal enemigo es Israel", declaró Hussein.
Los datos estadísticos confirman que en los últimos seis años ha disminuido el número de graduados de las escuelas secundarias que aspiran a ingresar en la Universidad para recibir educación superior.
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La mayoría de los jóvenes sirios son reclutados como voluntarios en las filas del Ejército sirio y las fuerzas de los aliados para proteger su hogar y su tierra, en particular, en la frontera de las provincias de Al Raqa y Deir Ezzor, así como en las regiones del este y del norte de Siria.
