Y es que no logran encontrar la fórmula para que la economía del país norteamericano remonte. No importa si bajan o suben las tasas: la economía va a peor.
Y a pesar de que los tipos de interés, incrementados en diciembre pasado luegos de años de estancamiento, se situán entre el 0,25 y el 0,50%, los bancos continúan negándose a otorgar crédito a las empresas. Y es que los banqueros no confían en que los préstamos les serán devueltos, sencillamente porque no ven señales contundentes de recuperación en la esfera productiva.
Según Noyola Rodríguez, la supuesta recuperación de la economía norteamericana, no tiene tanta fuerza ni es tan boyante como la FED ha presumido en las últimas semanas. Así, EEUU se encuentra a las puertas de otra grave crisis económica sin haber superado por completo los rasgos de la crisis hipotecaria de 2008.
La situación se puede resumir así: la productividad no crece lo suficiente, la inversión empresarial es demasiado débil y los salarios permanecen estancados. Ergo, la inflación sigue muy por debajo del objetivo del 2%.
El economista señala que el reacomodo político que se avecina en EEUU con las próximas elecciones presidenciales, puede precipitar el derrumbe de la que ha sido en las últimas seis décadas la principal economía del planeta.
El expresidente de la FED, Alan Greenspan, al ilustrar la situación actual de EEUU, sostiene que cuando el gasto militar y social superan la capacidad del Estado, el Estado se derrumba, y un ejemplo perfecto de ello fue el Imperio romano. Cuando creció la presión sobre la frontera del Imperio, Roma carecía de los ingresos fiscales suficientes para financiar su Ejército de manera decente. Ariel Noyola Rodríguez afirma que la comparación es válida.
