Los desacuerdos se basan en los productos turcos autorizados para las importaciones a Rusia, es decir, aquellos que no están afectados por el embargo agroalimentario parcial introducido por las autoridades rusas tras el derribo del avión Su-24 por los militares turcos.
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Para contrarrestar la baja calidad de las entregas, la entidad rusa introdujo un control fitosanitario obligatorio para ciertos productos turcos —en particular, el pimiento y la granada— a partir de 17 de marzo. Sin embargo, la iniciativa rusa no vio una respuesta "constructiva" por la parte turca, aseguró el regulador ruso.
"Anteriormente, los representantes turcos negociaban. Ahora nos escriben cartas sobre 'la toma de medidas correctivas'. Pero, es nuestro mercado, ¡persuádanos que las medidas son suficientes! En eso, fallan", afirmó Serguéi Dankvert, jefe del Servicio Federal de Supervisión Veterinaria y Fitosanitaria ruso.
En la situación actual Rusia tendrá que gradualmente introducir restricciones para ciertos tipos de productos o prohibir todas las importaciones a la vez, explicó el funcionario.
"En este caso, que lleguen aquí y negocien o que elijan cualquier otra vía. Nosotros no vamos a convencer a nadie", concluyó Dankvert.