El asesor en conflictos internacionales se pregunta: ¿acaso tienen los terroristas frente a sí en Occidente a alguien dispuesto a inmolarse también para detenerlos? ¿Es capaz Occidente de igualar esto?
Y es que los terroristas desarrollan una estrategia de guerra asimétrica. Morales Delgado discrimina las causas de los 4 atentados de la pasada semana. Señala que en Bruselas se produjeron en respuesta a la detención de Salah Abdeslam. En cambio, los ataques en Irak y Pakistán fueron en respuesta a la reducción, tanto en territorios como en su financiación, que ha sufrido el Estado Islámico.
No son atentados aleatorios ni realizados de cualquier modo. En Bagdad se atacó al estado Irakí, en especial a la población chií, mientras que en Pakistán el objetivo fue la minoría cristiana que estaba celebrando la pascua de resurección.
Asimismo, Gustavo Morales Delgado considera que el envío de los F16 por parte de Bélgica para bombardear Siria e Irak es absurdo y ridículo, pues las personas que han perpetrado los atentados en Bruselas tienen nacionalidad belga. Es decir, van a bombardear países extranjeros a cuenta de ataques recibidos por personas con documentación belga que el gobierno de Bruselas les ha facilitado.
Por otra parte, Morales Delgado señala que Europa peca de etnocentrista. Y detalla las máximas de lo que enseñaban muchas escuelas de periodismo en el viejo continente: los parámetros que se tienen en cuenta para que un ataque terrorista sea noticia de portada son: o que hayan 10 muertos occidentales, o 200 muertos asiáticos, o 2 mil muertos africanos.
Es decir, los medios de comunicación occidentales, a pesar de su aparente ética mantienen esas proporciones. No valoran igual la vida de un ser humano en Asia o África que en Occidente. Con frecuencia esos medios desprecian a los muertos que no sean occidentales
Morales Delgado apela a la historia. Cree que tal vez Bélgica ya no recuerde que provocó más de 10 millones de muertos en el Congo durante la ocupación del rey Leopoldo. Una información que tardó muchos años en ver la luz en los medios de comunicación occidentales.
Esto, a su entender, demuestra que estos medios ya no son los grandes valientes buscadores de la verdad, sino que sencillamente sirven a unos intereses.
El analista entiende que Europa se está automutilando con sus propios valores y su debilitamiento, pero no abandona sus viejos ticks coloniales. Y cita un ejemplo: la patronal alemana está protestando por el trato que se les da a los refugiados, desde que está logrando contratar a personas que cobran 2 euros la hora.
Pero el analista va más allá. Señala que toda la gente que se adscribe a mensajes como "Je suis Bélgica, Je suis París", etc.; todas esas concentraciones de personalidades importantes arropando al presidente de Francia tras los atentados de Charlie Hebdo, no se realizan en ningún caso cuando los muertos viven en Lahore, en Bagdad o Adén.
Morales Delgado habla de las "recetas" que se aplican en Occidente tras cualquier atentado. Siguen siempre los mismos "parámetros y protocolos", y son muy simples. Primero se ponen unas velitas en las calles, después se cuelgan en Facebook y otras redes sociales, fotografías de las banderitas del país, y luego se escribe en francés "Je suis Bélgica, o Je suis París", o el nombre que corresponda, para luego volver a empezar. Algo que se hace así, pues a su entender esto es lo que le sale más barato y le resulta más sencillo a los gobiernos europeos.
Lo que le saldría mucho más caro a Occidente, según Morales Delgado, es compartir la información entre sus servicios de inteligencia, mostrar una cierta agresividad en la generación de esa información y ser capaces de infiltrarse en las comunidades que están siendo la cantera de estos grupos terroristas.
