Por supuesto, jamás habrá disculpas de Washington por todas las barbaridades que le causaron a Cuba, incluyendo la muerte de niños por el dengue inducido por los esbirros internacionales del Gran Patrón, pues no es costumbre de la nación más poderosa de la Tierra de disculparse y reconocer sus "errores". La Casa Blanca explicó su reaproximación a la isla con una simple frase que Barack Obama lanzó el 17 de diciembre de 2014: "EEUU termina con un enfoque obsoleto a Cuba seguido durante décadas porque falló en avanzar nuestros intereses nacionales".
Suponer que los 11 presidentes norteamericanos se equivocaron en su táctica hacia Cuba sería desconocer la realidad. La política norteamericana desde el presidente Teddy Roosevelt en 1903 se basaba en la Doctrina del Gran Garrote. Decía Roosevelt que "la mejor manera de resolver los problemas internacionales es con un garrote. Hable bajito y siempre traiga usted un gran garrote". La voluntad del pueblo cubano y la existencia de la Unión Soviética no permitieron a Norteamérica usar este denominador común de carácter imperialista para doblegar la isla.
Precisamente, desde el 2000 Washington inició sus intentos de hacer retornar "sus hijos extraviados" a su hogar en el "patio trasero" norteamericano. Han usado miles de Organizaciones No Gubernamentales (ONG) a su disposición para corromper las bases populares en aquellos países, desataron una despiadada guerra mediática contra sus líderes, lanzaron una diaria campaña de desinformación para confundir a sus pueblos, promovieron sabotajes, acaparamiento de los productos de primera necesidad e intentaron "golpes suaves" logrando ciertos éxitos. Actualmente, según Rafael Correa, pusieron en marcha una nueva "Operación Cóndor" contra Ecuador, Venezuela y Bolivia.
Tema: Normalización de las relaciones entre Cuba y EEUU
En este contexto, Cuba socialista seguía siendo una piedra molesta en el "zapato del Tío Sam" a 150 kilómetros de las costas de Florida, la piedra que obstaculizaba la tarea de Washington de poner fin a todas las expresiones del nacionalismo y populismo en América Latina. Entonces Washington decidió que había llegado la hora de cambiar su táctica hacia Cuba sin alterar su estrategia principal de poner fin al socialismo cubano. En vísperas de su viaje el presidente Obama, recalcó varias veces que EEUU haría todo lo posible para convertir a Cuba en un país democrático a la manera norteamericana. Es decir, introducir en la isla al "American Way of Life" seduciendo a su pueblo con la posibilidad de enriquecimiento individual como lo ha logrado hacer en Rusia.
La manera como el presidente Barack Obama deja "abierta esta puerta" para la mayor de las islas de las Antillas es bastante curiosa. De un lado anuncia un cierto aflojamiento de las sanciones contra Cuba y declara que "Vine aquí para dejar los últimos vestigios de la Guerra Fría en las Américas y extender una mano amiga al pueblo cubano" pero por otro lado el pasado 15 de marzo anunció nuevas medidas parciales hacia Cuba. La nueva regulación implica que "cualquier ciudadano americano puede ir a Cuba siempre y cuando el viajero se involucre en un programa de tiempo completo de actividades de intercambio educativo destinados a mejorar el contacto con el pueblo cubano, apoyar la sociedad civil o promover la independencia del pueblo cubano de las autoridades del país".
Entonces la agenda principal norteamericana hacia Cuba sigue siendo la misma de los últimos 57 años. El asesor adjunto de la Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Ben Rhodes, declaró hace poco que "las metas del gobierno americano son las mismas que las de la oposición cubana", pero la oposición cubana es creada y financiada por Estados Unidos, cuya meta es instalar el neoliberalismo en Cuba. También el mismo personaje declaró que la Bahía de Guantánamo no va a ser devuelta a Cuba. Según el Tratado Cubano-Estadounidense de 1903, Cuba arrendaba de manera perpetua la base naval Guantánamo a Estados Unidos que tendría jurisdicción y control absoluto sobre la zona de 45 kilómetros cuadrados y, a cambio, "reconocería la soberanía suprema de Cuba sobre la zona".
Lo que hay que reconocer es que durante los tres días de permanencia en Cuba, Barack Obama tuvo mucho cuidado en mostrar su rostro y sus intenciones verdaderas hacia la isla. Como decía Hugo Chávez, existen dos Obamas: "hay un Obama que ayer hablaba de paz…pero hay otro Obama, el de la guerra, el de seguir utilizando la fuerza contra nuestros pueblos". En Cuba todo era el "Obama de la paz" que inclusive trató de tranquilizar a los 13 disidentes, los llamados representantes de la "sociedad civil" cubana, a quienes exhortó de tener paciencia porque a pesar de tener "profundas diferencias con el gobierno cubano, podemos seguir perfeccionando nuestra política de tal manera que al final el pueblo cubano sea capaz de vivir en libertad y prosperidad".
Recibió aplausos de cortesía por su retórica y demagogia respecto a la democracia y prosperidad de la mayoría de la población norteamericana como si los cubanos y el mundo entero ignorara la realidad de los 48 millones de estadounidenses que sobreviven gracias a los cupones de comida. En un reciente artículo de David Brooks "Espejos" publicado en el periódico La Jornada, su autor ha demostrado que la libertad de expresión es restringida en Norteamérica, "las elecciones libres" sufren de "irregularidades", la represión policiaca es diaria, la violencia cobra cada día 88 víctimas, la detención arbitraria e indefinida de sospechosos puede durar hasta 14 años, la tortura nunca ha sido fiscalizada y muchos presos políticos están encarcelados.
Este es el rostro verdadero de Estados Unidos que Barack Obama trató de esconder ofreciendo a los cubanos la mentira en vez de la verdad o simplemente haciendo arreglos cosméticos a la verdadera realidad norteamericana con qué el presidente está intentando crear ilusiones en el seno de la sociedad cubana, reconociendo inclusive con una suavidad de un político habilidoso que no todo sea tan perfecto en Norteamérica pero el mejoramiento está en marcha. América sigue adelante porque "La Audacia es la Esperanza".
Ahora le toca al pueblo cubano tomar conclusiones después de escuchar y ver a Barack Obama. Lo más importante no es lo que ofrece o dice Obama sino cómo los cubanos interpretaran las alocuciones del líder norteamericano que durante sus casi ocho años en el poder no ha dado ni un solo año de paz al planeta. Por mucho que quisiera Washington, ya no podrá anexionar a Cuba por la fuerza pero de lo que tienen que cuidarse los cubanos, según Frei Betto, es de una "anexión simbólica" a través de los medios de comunicación, el consumo, el comercio, la diseminación lenta de los patrones culturales del "American Way of Life" y un casi invisible reemplazo del colectivismo por el individualismo. Basta dar un vistazo a la Rusia de hoy para darse cuenta de este proceso.
Se orientarán antes de todo hacia los 500.000 "cuentapropistas", como se conocen en la isla a los emprendedores que constituyen el 10 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA). Ya durante el encuentro con cuatro representantes de este sector Obama les dijo que "Estoy aquí para decirles que EEUU quiere ser su socio". Apelarán también a la clase media que es tradicionalmente la más ambiciosa y la más quejona en Cuba y a los burócratas estatales que estarán tentados por los incentivos de la corrupción que implantan a su paso las transnacionales a medida que penetran el espacio económico de los países de su interés.
En fin, serán los cubanos que definirán su futuro y la necesidad de una "Primavera Cubana" o un "Maidán" (en referencia a Ucrania) que anticipan los medios de comunicación rusos. De todas maneras los isleños están advertidos por el mismo presidente de la Unión Nacional de Historiadores de Cuba, Felipe Pérez Cruz que recalcó que "según la declaración de Obama antes de visitar La Habana, Estados Unidos tiene todavía la intención de acabar con la Revolución pero ahora lo hará a través de la ‘política de abrazos'".
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK
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