Ciudad de México (Sputnik) — "Por razones logísticas solo ofrecieron tres lugares, son muy pocos, y no se pudo abrir un espacio en la agenda del Papa para una reunión", dijo vía telefónica Christian Campos, portavoz del centro de derechos humanos de la Montaña de Tlachiniollan de Guerrero, en el sur de México.
También un grupo de sacerdotes de la Compañía de Jesús, en la cual se formó el Papa, visitó al pontífice el domingo, en la sede de la Nunciatura Apostólica en la Ciudad de México, y "le propuso que recibiera a los familiares, pero no se pudo", dijo el líder humanitario cercano a esa gestión.
En la misa masiva para 250.000 personas a pocos metros de la valla fronteriza que separa Ciudad Juarez de El Paso, Texas, cerca del Río Bravo, en la frontera natural con EEUU, el Papa ofreció 20.000 lugares para las familias de las víctimas de la violencia y la guerra contra el crimen organizado en México, que en ocho años ha causado más de 100.000 muertos y 26.000 desaparecidos.
¿Un desaire?
"No creo que sea un desaire a la invitación del Papa, sino que ante una invitación limitada a una cena, alguien puede preferir ir con toda la familia y tiene el derecho de decidir no ir solo", argumentó el defensor humanitario del organismo del estado de Guerrero, que asiste jurídicamente a las familias.
La solicitud hecha por la familias y sus abogados "fue para sostener una audiencia con el jefe de estado del Vaticano, y no una invitación a misa, porque es el tema de desaparición forzada más importante en los últimos años en México", sostuvo Campos.
Los padres y madres de los jóvenes que fueron atacados a balazos en cinco autobuses, cuando viajaban a una protesta en la Ciudad de México, con saldo de seis muertos, 25 heridos y 43 desparecidos la noche del 26 de septiembre y la madrugada siguiente, "prefirieron que mejor nadie viajara a Ciudad Juárez, porque además el jueves 18 tienen una reunión" en la Procuraduría General de la República (PGR).
No obstante, también "es posible que el Papa no quiso entrar a un tema concreto que tiene mucho peso en el país, pero el grito de la sociedad mexicana exige justicia que no ha llegado", a pesar de que hay un centenar de policías, funcionarios municipales y sicarios detenidos, algunos de ellos confesos, pero sin sentencia.
Poco antes, uno de los padres de los jóvenes, Epifanio Álvarez, lamentó "la falta de voluntad del Papa para recibirnos por lo menos un instante, nos sentimos desilusionados, más porque es la religión que tenemos; esperábamos su apoyo para seguir la búsqueda de nuestros hijos".
El portavoz del Papa, Federico Lombardi, al saber del rechazo de los tres asientos en la misa para las familias de los jóvenes, respondió que "es un poco extraño que se tenga que presionar, en particular al Papa, con lo que tiene que hacer".
Francisco habla con todos los que sufren violencia, sostuvo, "él tiene en su corazón a cada uno de ellos, es consciente de la tragedia de los 43 y de muchas tragedias a otras personas que sufren, sin hacer diferencias de si algunos sufren más y otros sufren menos", puntualizó el vocero papal.