"Los proyectos gasísticos europeos están enfocados a reducir la dependencia energética de Rusia, pero esta situación no será viable a un medio y corto plazo", asegura el analista.
Rosenberg cree que la reducción de la dependencia energética es "a un largo plazo", pero nunca será total "por las altas cantidades que suministra Moscú a los países europeos".
"Europa importa más del 40 por ciento de su gas de Rusia, son cantidades muy altas por lo que es difícil que se pueda sustitutir del todo la dependencia del gas ruso, al menos por ahora", apunta el experto en energía.
El proyecto, que presenta este miércoles el comisario de Energía, el español Miguel Arias Cañete, consiste en 14 proyectos gasísticos por todo el continente europeo, entre los que se encuentra la construcción de una estación LNG en Croacia, la construcción de varios gasoductos en Finlandia y el Báltico, y de una red de gasoductos en Rumania, Bulgaria y Grecia.
No obstante, los plazos que se barajan son a largo plazo, como apunta Rosenberg.
"En el mundo gasístico no hay nada a corto plazo: un gaseoducto tarda unos 10 años en construirse, depende del tamaño, los escenarios que se barajan para esta red de proyectos son entre 2030 y 2040", explica el profesor.
El documento de la Comisión Europea asegura que este proyecto, que se financiará con fondos comunitarios, garantizará "la seguridad gasística y la competición".
El objetivo principal es "reducir la dependencia de Rusia" por medio de la "diversificación de la procedencia del gas", resume el experto.
