El domingo pasado Corea del Norte anunció haber efectuado el lanzamiento del cohete Kwangmyongsong desde la base de Sohae, situada a orillas del Mar Amarillo cerca de la frontera con China, con un satélite a bordo.
La comunidad internacional criticó esta misión por considerarla un ensayo encubierto de misiles balísticos, mientras Pyongyang afirma que es parte de su programa espacial pacífico.
Obama, Abe y Park Geun-hye llegaron a la opinión unánime de que es necesario imponer sanciones adicionales y ejercer una dura presión contra Corea del Sur, informó la agencia surcoreana Yonhap.
Según información de la agencia japonesa Kyodo, Abe dijo a Obama que las sanciones unilaterales de Tokio estarán apuntadas a buscar una solución de los problemas nuclear y de misiles de Corea del Norte y a aclarar la suerte de los japoneses secuestrados por los servicios secretos norcoreanos en las décadas del 70 y del 80 del siglo pasado.
También trascendió que el primer ministro japonés apoyó la idea de emplazar en Corea del Sur un novísimo sistema de defensa antimisiles THAAD (Terminal High Altitude Area Defense System), capaz de interceptar cohetes de alcance medio a alturas exoatmosféricas.
Corea del Norte por su parte anuncia que continuará las pruebas nucleares y de cohetes mientras se sienta amenazada por EEUU.