"La OEA tiene que mostrarse muy imparcial respecto a la contienda y a lo que se está haciendo para llegar a un acuerdo", señaló Pierre.
Los integrantes de la delegación especial de la organización se reunieron el domingo con el presidente Michel Martelly y mantendrán conversaciones con el resto de representantes políticos.
Pese a la mala reputación de la OEA en Haití, Pierre aseguró que su presencia tiene sentido "y de alguna forma puede contribuir a llegar a un desenlace".
Por su parte, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) envió el lunes a Haití una misión propia integrada por los cancilleres Frederick Mitchell, de Bahamas, Rodolfo Patiño, de Ecuador, Delcy Rodríguez, de Venezuela, y Rodolfo Nin Novoa, de Uruguay.
El Consejo Electoral Provisional suspendió la segunda ronda de las elecciones presidenciales prevista para el 24 de enero, por entender que no había condiciones de seguridad y a la vista de que ni el segundo ni el tercer candidato más votado se presentarían a unos comicios que consideraban fraudulentas.
Desde entonces, las manifestaciones se han sucedido en el país más pobre del continente.
7 De Febrero, Día Clave
Este domingo concluye el mandato del presidente Michel Martelly y, de momento, las propuestas lanzadas por la oposición y el Senado son las más "concretas", dijo Pierre a esta agencia.
En los próximos días se debería saber qué propuesta saldrá adelante, continuó Pierre, pero hasta la fecha "no sabemos si el día 7 habrá otro presidente, solo sabemos que habrá primer ministro".
Haití ha estado sumido en un clima de inseguridad y violencia política desde la década de los 90, cuando fue derrocado el primer presidente elegido democráticamente en ese país, Jean-Bertrand Aristide.
Además, vive los efectos del mortífero terremoto de 2010, que causó unos 220.000 muertos y una devastación todavía muy visible en Puerto Príncipe y zonas aledañas.
El sismo agudizó la pobreza del país y exacerbó su dependencia de la ayuda internacional.