El clima es de incertidumbre total, no se sabe si se van a celebrar las elecciones", señaló Pierre, también coordinador de Napsa, organización de jóvenes haitianos que luchan por el desarrollo económico y la consolidación democrática.
Tras esos resultados, varios candidatos de la oposición denunciaron fraude y exigieron que una comisión independiente revisara las denuncias y supervisara la segunda ronda.
Así, el Gobierno de Michel Martelly creó la Comisión Independiente de Evaluación Electoral que a principios de este mes determinó que hubo "serias irregularidades" en los comicios y recomendó someter a la justicia a los funcionarios responsables, entre otras medidas.
Sin embargo, las recomendaciones de esa comisión especial "no fueron aplicadas", explicó Pierre, y eso "complica más la situación, porque fue aprobada por el Gobierno".
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Además, las elecciones no se pueden celebrar "sin que el Consejo Electoral Provisional (CEP) haya establecido previamente los reajustes necesarios para evitar que se repita lo que sucedió en los comicios (parlamentarios) de agosto y (en las presidenciales) de octubre", observó Pierre.
Si hay elecciones el domingo, "vamos a asistir a un escenario peor que las veces anteriores", auguró.
Ambiente tenso
La dimisión de varios miembros del CEP en los últimos días agravó también la situación, ya tensada por manifestaciones que se reiteran "desde agosto hasta hoy en día", aseguró Pierre, lo que a su juicio significa que "el pueblo no quiere participar en estas elecciones".
"Si se celebraran, tendríamos un Gobierno ilegítimo, que podría ser elegido por menos del cinco por ciento del electorado", estimó el politólogo, quien teme que una crisis política se prolongue durante al menos tres años.
En su opinión, se producirían protestas durante un año que darían lugar a "la caída del Gobierno" y, después, "habría un Gobierno de transición de dos años" hasta que se celebraran nuevamente elecciones.
Escenario actual
Según la ley electoral haitiana, ante el retiro de Célestin para la segunda vuelta, su lugar debería ser ocupado por quien resultó tercero, el también opositor Moïse Jean-Charles, pero este ya aseguró que no participará debido al "fraude" de la primera vuelta.
"A la escasa institucionalidad de Haití, que debilita el sistema electoral", se suma también una crisis de liderazgo, pues "la oposición tampoco tiene credibilidad política para transformar la situación del país", aseguró Pierre.
El mandato de Martelly concluirá el 7 de febrero y, según la prensa local, si para esa fecha no sido elegido su sucesor, el parlamento nombrará a un gobernante provisional por 90 días.
El jefe del Estado convocaría elecciones durante ese periodo y para elegir presidente.
Mientras tanto, el país no se recupera del devastador terremoto de 2010, que agudizó su pobreza y exacerbó su dependencia de la ayuda internacional.