Esta ha sido la condena que el martes le impuso el Tribunal Supremo al hallarlo culpable de soborno.
Nada más ingresar, Olmert recibirá un número que le acompañará durante toda su estancia y realizará los procedimientos previstos para cada nuevo recluso.
Luego se le asignará una celda de tres camas en el ala 10 de la prisión, de manera que nunca estará solo.
Los servicios penitenciarios se reunirán en los próximos quince días para preparar el ingreso de Olmert, que a sus 70 años vivirá una experiencia insólita para él, aunque otros altos cargos israelíes ya han conocido las cualidades de esta cárcel, de hecho, el ala 10 de la prisión se conoce en Israel como el ‘Ala de los Célebres’.
A los reclusos se les permite suscribirse a periódicos y también se les permite contar con un aparato DVD para ver las películas que deseen, asimismo, pueden tener hasta siete libros cada recluso.
El servicio penitenciario es consciente de que en su condición de exprimer ministro, Ehud Olmert guarda en su cabeza los mayores secretos de Estado, motivo por el cual se evitará que entre en contacto con criminales y delincuentes comunes, como tampoco se le permitirá ningún contacto con reclusos que han cometido delitos contra la seguridad del Estado.
De hecho, el ala 10 se ha construido de tal forma que impide el contacto entre sus reclusos y los demás reclusos de la prisión Mashiahu.
El ala 10 cuenta con servicios propios: los reclusos pueden pasear por un patio particular, tiene un comedor y un club propios, una sala para que puedan reunirse con sus abogados, y otra sala para que puedan recibir visitas.
En el interior, Olmert podrá desprenderse de su uniforme de preso, pero deberá vestirlo cuando tenga que salir a otras dependencias.
Los funcionarios del servicio de prisiones que tengan contacto con él serán elegidos cuidadosamente por las autoridades de la prisión, y en los próximos días se elegirá a los reclusos que compartirán su celda.
Olmert podrá tener un presupuesto de hasta 1.600 shekels al mes, unos 400 euros, con el que, entre otras cosas, deberá pagar las llamadas que haga mediante el teléfono público al que tendrá acceso, un servicio que deberá repartirse con los demás presos de su celda y el cual será su único contacto cotidiano con el exterior de la prisión.
Se le servirán tres comidas diarias pero con los 1.600 shekels podrá comprar en la cantina alimentos y productos de limpieza.
Por las mañana deberá levantarse entre las 5:30 y las 6:00 y quedarse junto a su cama hasta que los funcionarios del servicio de prisiones cuenten a los presos.
Después del desayuno podrá permanecer fuera de la celda, en las dependencias del ala 10, donde conversará con otros presos, leerá libros o periódicos, verá la televisión, etcétera.
A las 12 y a las 17 horas los funcionarios volverán a contar a los reclusos, luego, a las 22 horas se vuelve a contar a los presos y se cierran las celdas.
